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¿Alguna vez ha desayunado cerveza?

  • Victoria Juárez
  • 21 may 2017
  • 2 Min. de lectura

Según la última Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y otras Drogas(EDADES), el 78,3% de nosotros ha bebido alcohol en los últimos 12 meses. Pero no es igual para todos. La forma de beber influye y mucho: si se toma en ayunas, llega antes al torrente sanguíneo y precipita sus efectos, que pueden llegar a su clímax entre 30 minutos y 2 horas después del consumo, según Forcon, especialistas en toxicología. En cambio, cuando se bebe después de haber comido, los efectos secundarios del alcohol se minimizan. Se considera que el estómago "está vacío" cuando han pasado entre 2 y 4 horas de la última ingesta.

Así lo ha demostrado un estudio realizado por investigadores del Hospital Universitario de Linköping, en Suecia, y publicado en el Journal of Forensic Sciences. "La mayor parte del alcohol se absorbe en el intestino delgado, de forma que al beber con el estómago vacío pasa rápidamente al intestino, produciéndose un pico elevado de concentración en sangre. Por el contrario, si se bebe con el estómago lleno, el alcohol se absorbe lentamente porque el vaciado gástrico tarda más en producirse y el pico de concentración en sangre es más moderado, por lo que resulta menos tóxico para el organismo", explica Xavier Parés Casasampera, profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Barcelona. La clave, por supuesto, reside en no beber. Pero si ha decidido hacerlo, vigile, con alimentos, su pico de concentración. Y con algo más, como la graduación de las copas, ya que las bebidas destiladas (como la ginebra, el vodka o el ron) producen un pico más agudo que las bebidas fermentadas (como la cerveza o el vino), según un estudio reciente publicado en Wiley Periodicals. El doctor Francisco Camarelles, miembro de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), añade un inconveniente más al hecho de beber en ayunas: "Si la graduación de la bebida es alta, puede irritar [aún más] la mucosa gástrica". De hecho, la gastritis o inflamación de las paredes del estómago es un problema derivado de la ingesta excesiva de alcohol y suele provocar molestias, náuseas y vómitos.


 
 
 

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